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Después de descafeinar el PEPAC, ahora le puede tocar a la Ley de Desperdicio

La Coalición Por Otra PAC expresa su preocupación ante el riesgo de que el Proyecto de Ley de Prevención y Reducción de las Pérdidas y Desperdicio Alimentario pierda su ambición debido a las enmiendas que se pretenden incorporar al texto y que se están discutiendo actualmente en el Senado. Este debilitamiento de los objetivos de disminución alimentos que se tiran ya la sufrió el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC) en su tramitación. Así que sin la una y sin el otro, se pierde la oportunidad de contribuir a atajar una realidad incómoda: se tiran unos 1.300 millones de toneladas de comida al año -un tercio de lo que se produce-, según la FAO.

Sin una Ley de Desperdicio ambiciosa, se seguirán alentando con fondos públicos la sobreproducción de alimentos que terminan en el basurero en lugar de aprovecharse para reducir el hambre o fortalecer una economía circular. Esto es lo que hace el PEPAC, que financia la generación de excedentes agrícolas sin una estrategia efectiva de prevención y reaprovechamiento. Durante el último semestre de 2025 , se empezará a debatir la reforma de la nueva PAC post 2027. Es una ocasión para eliminar estos subsidios perversos, pero mientras tanto, la Ley de Reducción de Pérdidas debe ser una herramienta clave para corregir esta situación. Sin embargo, con las enmiendas actuales, esta norma corre el riesgo de convertirse en una mera formalidad sin impacto real.

Algunas de las entidades de la Coalición, como CECU, Mensa Cívica y WWF, exigen una revisión urgente para garantizar que esta ley cumpla con su verdadero objetivo. Las tres se han unido al colectivo #LeySinDesperdicio conformado por organizaciones como Espigoladors y Enraíza Derechos, entre otras, que luchan contra el desperdicio de alimentos. Todas ellas han emitido un comunicado común para alertar sobre el grave retroceso que suponen las modificaciones introducidas en el Proyecto de Ley durante su paso por el Senado. «Lejos de fortalecer la prevención, las enmiendas obligan a gestionar los excedentes agrícolas como residuos, impidiendo su uso para alimentación humana o animal, lo que pone en peligro la seguridad alimentaria y contradice las normativas europeas», señala la nota.

Las modificaciones introducidas en el Senado eliminan alternativas de prevención para los excedentes agrícolas, que pasarán a ser considerados residuos en lugar de poder ser donados o reaprovechados, lo que supone un duro golpe para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. Además, el Ministerio de Agricultura queda exento de responsabilidad en la medición y análisis del desperdicio alimentario, lo que impide obtener diagnósticos precisos para abordar el problema. A esto se suma el riesgo de prohibición del espigueo, una práctica tradicional y sostenible que permite el aprovechamiento de alimentos en los campos y que ha demostrado ser una herramienta eficaz para reducir las pérdidas agrícolas.

Un retroceso inaceptable

El colectivo #LeySinDesperdicio denuncia que estas modificaciones van en contra de la jerarquía de prevención de residuos establecida en la Ley 7/2022 y la Directiva Europea 2008/98/CE. Además, dificultan la donación de excedentes frescos, reduciendo la disponibilidad de frutas y hortalizas para personas vulnerables. También, perjudican al sector primario, obligando a productores a asumir costos de gestión de residuos en lugar de permitirles redistribuir sus excedentes.

Desde la Coalición Por Otra PAC nos apoyamos al colectivo #LeySinDesperdicio que insta al Senado a revertir estas enmiendas y garantizar que la ley realmente prevenga el desperdicio alimentario. En concreto, piden:

  • Eliminar las enmiendas 71, 72 y 91, que convierten los excedentes agrícolas en residuos.
  • Mantener la regulación del espigueo para brindar seguridad jurídica a productores y entidades sociales.
  • Restringir la exención del cumplimiento de la ley para que más actores de la cadena tengan un plan de prevención.
  • Garantizar la posibilidad de donar excedentes del sector primario a entidades sociales antes de ser gestionados como residuos.
  • Permitir el uso de excedentes agrícolas para alimentación animal, en línea con la economía circular.
  • Corregir el artículo 10.2.1 para que el MAPA mida y analice el desperdicio alimentario en toda la cadena.

La aprobación de estas enmiendas supondría un grave retroceso en la lucha contra el desperdicio alimentario, perjudicando tanto al sector primario como a las iniciativas de aprovechamiento de alimentos. Es crucial garantizar que esta ley cumpla con su verdadero objetivo: prevenir el desperdicio y no fomentarlo.

[Foto: https://nutritionstudies.org/]

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