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La CE presenta su Visión para la agricultura y la alimentación y pierde la oportunidad de transformar la PAC

Hace unas horas, el Comisario de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, hizo pública la Visión para la agricultura y la alimentación, el documento que guiará las propuestas de la Comisión Europea en materia agraria durante la presente y futuras legislaturas, hasta 2040. Aunque esta hoja de ruta incluye aspectos positivos, también muestra una preocupante falta de ambición para abordar los grandes desafíos del sector agroalimentario europeo.

La futura Política Agraria Común (PAC), cuya incidencia en el sector agroalimentario europeo es enorme debido a que posee la mayor partida presupuestaria de Europa, es uno de los pilares de esta visión. Sin embargo, el ejecutivo de Ursula von der Leyen opta por avances muy limitados, dejando pasar otros cinco años sin fortalecer este instrumento normativo, imprescindible para la transición agroecológica y el bienestar de los territorios rurales.

Entre los aspectos positivos, la Coalición Por Otra PAC valora la propuesta de reorientar las ayudas hacia «los agricultores que más lo necesitan», prestando especial atención a los jóvenes, nuevos agricultores y aquellas explotaciones ubicadas en zonas con limitaciones naturales. Esta es una reivindicación histórica del más de medio centenar de entidades que conforman la Coalición y una recomendación clave del Diálogo Estratégico del Futuro de la Agricultura en la Unión Europea, publicado en septiembre de 2024. Sin embargo, genera incertidumbre que el texto no puntualice claramente que estas ayudas también deben garantizar ingresos dignos, en especial para las explotaciones pequeñas, que son quienes más lo necesitan.

Otro aspecto positivo es el compromiso de aumentar el apoyo a «las explotaciones que contribuyan activamente a la preservación del medio ambiente». No obstante, la falta de un compromiso firme para incrementar anualmente este presupuesto pone en riesgo cualquier intención de cambio real. Un campo sano es la base de la producción agroalimentaria y de la salud de las personas, y sin los recursos adecuados, esta transición ecológica quedará solo en palabras.

La Coalición también lamenta que la Comisión haya decidido no eliminar progresivamente los pagos actuales basados en la superficie, una medida clave para dejar de premiar a las grandes explotaciones con dinero público y, en su lugar, incentivar las buenas prácticas agrarias que mejoran la adaptación y resiliencia del sector frente al cambio climático. Urge poner fin a la intensificación y el uso desmedido de recursos naturales.

Si bien la simplificación de la burocracia para acceder a la PAC es una necesidad reconocida, despierta cierto recelo la intención de «pasar de las condiciones a los incentivos», como propone la Visión. Actualmente, las ayudas requieren el cumplimiento de requisitos mínimos legales y de buenas prácticas agrarias básicas. Convertir estas obligaciones en medidas opcionales podría permitir que macrogranjas y explotaciones hiperintensivas, que contaminan y agotan los recursos hídricos, accedan libremente a fondos públicos.

Además, la Visión resulta insuficiente para afrontar retos clave:

  • La igualdad de género en el ámbito rural sigue sin ocupar el lugar central que merece.
  • No se plantea atajar la problemática de la ganadería intensiva ni se apoya de manera decidida la ganadería extensiva.
  • Las medidas para incentivar una dieta sostenible, con mayor producción y consumo de proteínas vegetales, y reducir los insumos externos como fertilizantes minerales y pesticidas, son tímidas y descafeinadas.

Por todo ello, desde la Coalición Por Otra PAC instamos a la Comisión Europea a mostrar valentía y coherencia, integrando las propuestas consensuadas en el informe del Diálogo Estratégico, respaldadas por actores de todos los ámbitos del sector. Si el Ejecutivo europeo desea generar confianza durante los próximos meses de negociación de la futura PAC, debe estar a la altura de las amenazas que enfrenta el sector agroalimentario y del compromiso que la ciudadanía europea demanda.

Es más necesario que nunca que la Comisión no ceda ante ciertos lobbies y priorice la transición hacia un modelo justo y sostenible en sus dimensiones económica, social y ambiental. La PAC es un instrumento normativo con un impacto determinante y, sin una reforma valiente, Europa no estará a la altura de los desafíos que enfrenta la agricultura del siglo XXI.

[foto: © Copyright European Union – 2023]

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